jueves, 17 de diciembre de 2015

Siria: la internacionalización de la guerra y la situación interna

Bryan Serrano
17 de diciembre del 2015

Desde que el conflicto explotó como una bomba en marzo del año 2011, la guerra interna en Siria se ha recrudecido a niveles holocaústicos volviéndose más compleja debido a la concurrencia directa de potencias regionales y mundiales con importancia estratégica en la región. Turquía, EEUU, Arabia Saudita, por un lado; Irán, Rusia e Irak por el otro.

La internacionalización de la guerra le ha dado otro matiz. No basta con seguir los acontecimientos al interior de Siria. Para comprender los intereses y el curso del conflicto es necesario vincular su desarrollo con otras crisis en el medio oriente de reciente aparición[1] .  


Hay además contingentes militares de países limítrofes  que movilizan sus fuerzas cerca de sus fronteras debido a la situación de “tierra de nadie” de los países en guerra, violentando su soberanía, como la reciente invasión de Turquía en territorio iraquí.

La situación interna, más allá de Daesh..

Pero dicha “complejidad” resaltada de forma pesimista por la prensa de occidente no debe entenderse como la prolongación de un conflicto sin  fin. No se trata de “orquestar una alianza internacional para combatir a Isis” o formar una “gran coalición bajo el amparo de la ONU con el liderazgo francés” al estilo de los cruzados cristianos. Esta idea es pregonada por la mayoría de comentaristas en los diarios occidentales a modo de recetario. Es una propaganda que puede volverse en excusa para prolongar la agonía del pueblo sirio a través de la explotación de la guerra.

La realidad es que las organizaciones y militantes de procedencia extranjera que quieren derrocar al régimen libran otra guerra entre ellos. No solo los grupos armados que en general podríamos denominarlos takfiristas[2] como Al Nusra, Daesh, El Frente Islámico[3]  ó el “Ejército de la conquista”[4] (Jaish Al Fatah) controlan territorios, sino que la agudización de sus contradicciones internas es un factor que llama poderosamente la atención. Provocado principalmente por la política sectaria de Daesh que impide la creación de un frente común contra el gobierno de Basar Al Assad. La eliminación entre musulmanes pone de relieve quienes son realmente los terroristas (takfiristas); y quienes los están apoyando fuera de toda especulación. Los combates del Frente Islámico y Al-Nusra contra Daesh están a la orden del día en ciudades importantes como Alepo, al norte; Ibleb al noreste y Raqqa en el este, fortaleciendo al régimen del presidente sirio y sus aliados. En la actualidad existen más de 2 000 grupos terroristas extendidos a lo largo del territorio en grupos más o menos reducidos alimentados por patrocinadores extranjeros como Arabia Saudita, Turquía, EEUU y por supuesto Francia[5]. Cuándo la “santa coalición” de estados occidentales deje de utilizar clandestinamente el terrorismo takfiri para sus intereses podríamos recién conversar seriamente sobre una cruzada pacifista.


Pese a los múltiples actores de uno y otro bloque, los intereses económicos (control de recursos como el petróleo, gas), geopolíticos (zonas de influencia) y nacionalistas revolucionarios (respeto de las minorías como el caso de la nación kurda) son muy concretos. De allí la guía para encontrar una solución política en favor de los intereses del pueblo sirio que pasa, por supuesto, por la derrota o la neutralización al menos de los grupos y la violencia terrorista takfiri.



Hacia un giro decisivo en la guerra..

Según los últimos reportes desde el campo de batalla, el ejército sirio y sus aliados continúan rompiendo las líneas de defensa de los grupos armados: en la crucial frontera norte con Turquía, el ejército ha tomado el pleno control de las montañas situadas en Yabal al Nuba. En la provincia de Ibleb junto a Hezbollah preparan una gran ofensiva con el fin de liberar ciudades de mayoría shií del asedio que sufren desde el inicio de la guerra. En Alepo, las unidades y milicias fieles al régimen avanzan en medio de combates contra los grupos terroristas cerca de las ciudades de Jan Tuman y Al Zerbeh, que son los últimos bastiones en poder de los grupos armados en el sur de dicha ciudad[6]. Todos estos reportes son alentadores pero, en una situación en donde las organizaciones terroristas proliferan en casi la totalidad del territorio sirio es apresurado afirmar un desenlace próximo de los acontecimientos en favor del ejército sirio.

 Las fuerzas de Assad aún deben dar el salto de desplegar una ofensiva generalizada en los bastiones de los territorios dominados en su totalidad por Daesh (como Al Raqqa, Palmira o Deir Ezzor hacia Irak) y el desplome total del resto de grupos takfiristas al norte del país; una situación que puede cambiar con la intervención de Rusia en la guerra y el protagonismo cada vez mayor de Irán y Hezbollah.



[1] Como la guerra Árabe-Yemení en donde dos potenciales enemigos en El Levante Sirio como EEUU e Irán también tensan sus fuerzas diplomáticas y militares en el golfo pérsico.

[2] En la prensa occidental, se utiliza comúnmente el término yihadismo para referirse a la práctica violenta y terrorista de organizaciones islámicas extremistas, un calificativo que tiende a asociar de forma natural el Islam con la violencia. En cambio el término Takfirista es un calificativo empleado en la cultura islámica para los grupos o corrientes que fomentan la violencia y el terror entre musulmanes ajusticiándolos si presentan conductas “heréticas”, corriente con fuerte arraigo en Arabia Saudita a través de su secta dominante Wahabí, denunciada por patrocinar y financiar el terrorismo en Siria. De ahí que Daesh, por su práctica de matar musulmanes sea uno de los principales movimientos que encarnan hoy el Takfirismo.

[3] Coalición de grupos rebeldes islamistas apoyada por Arabia Saudita. Su fuerza principal es el grupo “Hombres libres de El Levante” (Ahrar al-Sham) una organización que es blanco de los últimos bombardeos rusos.

[4] Otro frente de organizaciones islamistas que recibe activo apoyo de Arabia Saudita y Turquía, entre los que destacan Al Nusra o la Legión del Sham (El Levante).

[6] Notas periodísticas del medio libanés Al Manar

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